Desde el inicio la tarea se desplegó con precisión: personal de distintas divisiones se apostó sobre la Ruta Nacional 22, en el kilómetro 1198, frente a uno de los accesos a la ciudad, para llevar adelante controles de identificación de vehículos y personas. La presencia de equipos especializados y el acompañamiento de canes entrenados dieron al operativo un carácter integral, capaz de detectar situaciones que a simple vista podrían pasar inadvertidas.
En medio de la rutina de verificaciones, fue detenido un Volkswagen Golf y sometido a inspección. El perro Matías, especializado en detección de drogas, reaccionó de manera clara frente al sector del acompañante. Esta actitud encendió las alertas y activó de inmediato el protocolo correspondiente. La comunicación con la Fiscalía Federal fue rápida y permitió avanzar en una requisa urgente, siempre bajo el marco legal vigente. Al revisar el interior del auto, los efectivos hallaron dos bolsas de nylon con marihuana.

La intervención de la división especializada confirmó lo que se sospechaba: se trataba de cogollos de cannabis, con un peso total de 52 gramos. El test de campo arrojó resultado positivo y reforzó la certeza de que se estaba frente a un caso de infracción a la Ley de Estupefacientes.
La actuación no se limitó al hallazgo y se cumplieron todas las diligencias de rigor, desde la notificación de imputación hasta el registro detallado de lo sucedido. La coordinación entre las distintas áreas, el profesionalismo del personal y la respuesta inmediata de la justicia marcaron un procedimiento ejemplar, que refuerza la confianza de la comunidad en el trabajo policial.

De esta manera, lo que comenzó como un control rutinario se transformó en una muestra clara de cómo la prevención, la tecnología y la preparación de los equipos pueden dar resultados concretos.
La seguridad en las rutas de Río Negro se fortalece con cada operativo, y este caso es una prueba de que la vigilancia constante protege a la ciudadanía y envía un mensaje firme contra el delito.