Una noche que pudo terminar en tragedia, se convirtió en una historia de vida gracias a la rápida reacción de un grupo de policías del COER. Una joven madre llegó desesperada a la base de la unidad en Ferri con su beba en brazos, sin respirar y con convulsiones. En cuestión de segundos, los efectivos iniciaron maniobras de reanimación y emprendieron una carrera contrarreloj hacia el hospital Pedro Moguillansky, donde la pequeña volvió a llorar y recuperó el pulso.