Ilena Di Vruno y Mónica González, artistas y docentes barilochenses, son las gestoras de “El silencio de Nieves”, libro-álbum premiado y publicado por el FER en 2023. Una obra que abre conexiones ineludibles con las infancias, todas, y abraza la diversidad de género, la educación popular y la posibilidad de construir con derechos plenos una propia sexualidad. Sobre las experiencias que sustanciaron ese trabajo hablamos en esta entrevista.
Por Sebastián Carapezza
Acordamos las coordenadas de esta entrevista pocos días antes: nos encontraríamos en casa de Mónica a las 8:30 de la mañana y sumaríamos a Ileana por videollamada, pues desde hace un tiempo vive en México. Así que tendría una entrevistada en forma presencial y a otra en modo virtual, síntomas de estos tiempos.
Cuando llegué al hogar de Mónica, aún no clareaba. La helada de la noche anterior cubría absolutamente todo lo que había quedado a la intemperie y se respiraba ese aire gélido que solo tiene la Patagonia invernal. Una luna llena inmensa se hundía lentamente detrás de alguna cima. El paisaje que se veía desde el ventanal de la cocina era sin dudas de película; como esas fotos instantáneas que uno saca mentalmente y que muchas veces sirven de respuesta cuando nos preguntamos por qué vivimos en lugares tan extremos.
Cada rincón de la casa, cada objeto o decoración, por mínima que sea, señala que en ella vive una artista, una persona ligada estrechamente a la cultura, una militante de los derechos. Lo dice a gritos. Mónica es Profesora de Artes Visuales de Nivel Superior. Su oficio docente se nutrió de las escuelas primarias y secundarias de Bariloche y en la actualidad se desarrolla en el Instituto de Formación Docente, donde también forma parte del Programa Integral Institucional de Perspectiva de Género y coordina el Proyecto de Grabado, Gráfica en Clave de ESI (Educación Sexual Integral).
Las idas y vueltas de la conexión de internet extendieron la espera de la videollamada con Ileana, y dieron tiempo para que Mónica buscara y compartiera libros de sus bibliotecas, convidara mate con miel y evocara conocidos en común ligados a sus proyectos artísticos. El sol todavía no había aparecido detrás de las montañas que se ven del otro lado del lago Moreno, en un barrio del oeste de Bariloche, cuando la conexión se restauró definitivamente. “Acá en Guadalajara tengo muy mala señal, perdón”, fueron las palabras con las que llegó la voz de Ileana.
Ileana Di Vruno es Profesora de Educación Primaria, posee una diplomatura en ESI y realizó diversos cursos acerca de literatura infantil. Durante el cursado de magisterio conoció los libros-álbum y nunca más pudo abandonarlos. De tanto leerlos se animó a escribirlos. Indago sobre su arribo a Bariloche.
Ileana: Llegué a Bariloche en el 2016 y enseguida me sumé al Bachillerato Popular, una experiencia hermosa en la que estuve dos años y que resultó mi primera conexión con la educación. Más tarde comencé a trabajar de maestra y me quedé durante 7 años en Bariloche, hasta que el año pasado me mudé a México, donde estoy ahora.
Recién llegada a Bariloche, salió publicado el libro “Como meterse dentro de las cosas”. Surgió porque en esa búsqueda que tenía y sigo teniendo, hice un taller -uno de tantos- con María Teresa Andruetto, en el que una de las dinámicas fue hacer un manual de instrucciones al estilo Cortázar. En ese mismo taller me reencontré con Verónica Fernandez Battaglia, con quien tenemos una amiga en común. A ambas nos gustó mucho el ejercicio y el trabajo allí realizado. Nos quedó esa idea de que cuando nos interesa una cosa, algo de esa cosa se mete en nosotros y algo de nosotros queda en esa cosa. Con las personas nos pasa lo mismo, nos transformamos todo el tiempo.
Así que ahí conectamos con Verónica, nos hicimos amigas y decidimos enviar ese trabajo de taller a una convocatoria del FER. Previamente, recuerdo que nos costó muchísimo encontrar ilustraciones que acompañaran el texto. Hasta que encontramos a Candelaria Lozada, a quien le entregamos el material y poco tiempo después realizó unas ilustraciones muy bonitas y acordes, que terminaron siendo parte de esta publicación. Así es que nos presentamos en 2017 y esta obra salió publicada en 2018, de una forma un tanto inesperada por nosotras.
Al año siguiente presentaron, también con Candelaria, la obra “13 puertas” a una editora municipal, y volvieron a ser seleccionadas. Así que fueron tres reconocimientos continuos, sumando “El silencio de Nieves” publicado por el FER en 2023.
“El silencio de Nieves”, libro-álbum premiado y publicado por el FER en 2023.
- ¿Cómo nació “El silencio de Nieves”? ¿Por qué un libro-álbum?
Ileana: Personalmente en los años que viví en Bariloche el silencio que produce la nieve me encantaba y perturbaba al mismo tiempo. De alguna manera la asocié con una infancia que puede decir lo que es y lo que siente. En esos momentos estábamos estudiando la ESI y conversábamos mucho sobre el tema. Me pareció que era interesante hablar desde ese lugar y desde ese multisentido. Ahí arrancó, aunque después quedó un poco frenado porque no encontraba ilustración. En un momento quería hacer algo como los juegos populares de niños, como el Veo-veo, o algo así. Porque tenía claro que quería escribir muy cortito, algo muy chiquito, como que el texto empiece a tener cada vez menos protagonismo y la imagen acompañe siempre.
Mónica: En ese tiempo comenzamos a hacer un curso en el IFDC que trabajaba contenidos de teorías queer, con la profesora María Marta Quintana, cuyo proyecto final era presentar un producto. Ile estaba cursando el Profesorado de literatura en ese espacio y me invitó a participar porque veníamos transitando la ESI en el instituto y en la vida misma, y sin dudas que los temas relacionados con el género nos convocan siempre. Estudiarlos, leerlos y, sobre todo, compartirlos.
Cuando Ile me propone trabajar este tema, tenía una idea inicial en relación a una niña, con un paisaje que habla del silencio. Lo que primero hicimos fue pensar en un lenguaje específico que nos convocara a la dos, y la idea de libro-álbum era acorde porque no puede ser construido uno sin el otro, texto e imagen. Es un lenguaje propio y particular que tiene sus propios códigos. Entonces se va complementando la idea de la imagen y de la palabra para armar su propia narrativa.
Mientras íbamos elaborando una idea o dibujo, íbamos limpiando y ajustando un texto inicial para que conjugara con la imagen. Este libro también tuvo la particularidad de construirse junto a otras personas, porque llevábamos el trabajo al espacio de cursada, donde se nutría de las miradas de las teorías específicas de género y de las devoluciones que nos hacían allí. Entonces con esos ingredientes íbamos amasando diferente cada vez. Tal es así que el texto de la contratapa lo escribió nuestra profesora. Una de las cosas que surgió, y que interpeló fuertemente, fue la de pasar de la idea de niña a la de infancia, lo que nos pone en un territorio de derechos totalmente diferente.
- ¿De qué manera describirían a Nieves?
Ileana: Mientras avanzábamos con la producción de esta obra, tenía muy en mi cabeza a Nieves como una niña. Sin embargo, cuando terminamos el libro, nuestra profesora nos dijo: “Nieves no es una niña, es una infancia”. Y tiene razón… ¿por qué todo el tiempo, como adultos, tendemos a ponerle una categoría?… Es como querer domesticar a alguien. Para mi, Nieves es una infancia. Las infancias, en definitiva, son seres que todavía no están adulterados, me parece que los ninguneamos mucho y son personas que están tan nuevas que resultan maravillosas. Hay como un misterio y algo que no desciframos, algo que a los adultos se nos perdió. No es ni él ni ella, porque no importa. A veces siento que Nieves nos mira y que se avergüenza de algunos pensamientos que solemos tener los adultos en general. Y en definitiva, es quien nos interpela.
Mónica: Me quedo pensando en mi propia infancia y la posibilidad de construir tu propio género; me parece todavía una creencia fantástica y mágica. Me parece apasionante poder decir: construyo mi propia sexualidad. Y pensar en cómo sembrar la idea de que eses pibites puedan elegirlo me parece aún más maravilloso. Entonces creo importante generar todas las vías posibles para que esas libertades de derechos y deseos puedan motorizarse. Creo que todavía tenemos mucho para trabajar con estereotipos que se siguen cristalizando en una infancia determinada que, después de estos 15 años de Igualdad de género, Matrimonio Igualitario y de ESI, nos empieza a quedar un poco viejita…aunque todavía no se pusieron en ejercicio pleno todo los derechos como para que en cualquier jardín o escuela primaria, les pibis puedan decidir con qué nombres quieren ser nombrades, más allá del documento.
Por otro lado Nieves también nos viene a traer la idea del juego, porque en el juego hay una posibilidad exploratoria, de indagar el paisaje simbólico que está construyendo conocimiento desde ese lugar, y nos lo trae como dimensión de posibilidad de conocer el mundo. Otra cosa que permite es la interrelación, porque se relaciona afectivamente y fuertemente con otros dos personajes, como son el ave y la perra.
Ambas rememoran, entre sonrisas, el momento en el que el jurado del FER les hizo la devolución* de este libro. “Fue muy impactante porque nos dijeron cosas que solo nosotras habíamos hablado, muy en sintonía con los intercambios que teníamos entre las dos. Nos hicieron una observación muy certera y descifraron cosas que pensábamos que no se iban a ver; en definitiva develaron todas nuestras intenciones”, recuerdan.
Nadie mira el mundo de la misma manera, nadie canta igual la misma canción; nunca se ve igual la misma historia, sobre todo si es de infancias. Porque del modo que miramos estamos hechos. Y cuando esa mirada es intencionada y aguda, el que enseña y el enseñado crean la enseñanza juntos, como marca el genuino sendero de la educación popular.
- ¿Cómo es entrar y salir de las aulas, como niña, como maestra, como profesora…?
Ileana: Esa frase la dije cuando me preguntaron en un concurso en el Instituto de Formación Docente por qué quería ser profesora. Contesté eso porque si algo quería, era seguir estando dentro del aula, no importa cómo. A mí lo que me aportaba en ese momento eran las infancias, conectar con alguien que no puedo descifrar… eso es lo que me gusta. Me parece totalmente distinto una conexión con las infancias dentro del aula porque hay una conexión que se crea y se percibe todo el tiempo. Sin embargo, como docentes hay que estar atentas, porque sino pasan de largo.
Mónica: Cuando une docente se propone a entrar en clave de infancia, la relación tiene que ser la de construir un espacio de escucha y del juego como lugar. Para mí son las dos dimensiones que permiten una conexión para que nosotres como adultes podamos ir pivoteando entre esos lugares: el de la propia biografía -que acarrea todo lo que cargamos cuando entramos al aula, frustraciones, miedos, broncas-, y conectar con las infancias. Todo el tiempo estamos pivoteando en esos roles, lugares y paisajes, porque sin dudas es una decisión política ver de qué manera miramos a esas personas.
Mientras la charla continúa y se renueva la yerba del mate, repaso y les pregunto si consideran que el arte es un espacio de militancia. Ile responde sin dudar que “el arte tiene que molestar, sino no es arte”. Mónica profundiza: “Personalmente no puedo concebirlo de otra manera. Me parece que es un puente para poder decir otras cosas que tienen que ver con el relato social sobre lo que está pasando. Desde mi hacer, que es siempre con otres, es en la calle, afuera, tiene que ver fuertemente con el espacio público, con el encuentro con lo colectivo siempre.
- ¿Qué implicancias consideran que tiene la existencia del FER?
Ileana: La existencia de políticas públicas es fundamental para los escritores de todas las provincias. Porque en las grandes ciudades es más como una jungla, pero en el interior somos menos y nos permite mirarnos entre nosotros y ver lo que hacemos. Eso está bueno porque brinda accesos a lugares más grandes. En lo personal, sin dudas fue la puerta de entrada a lograr creerme que puedo escribir. Darnos ese valor me parece un montón; es el reconocimiento que siempre necesitamos para mandarnos, animarnos.
Mónica: La política del FER me parece muy valiosa en estos tiempos. Me enteré de su existencia por la Fiesta de la Palabra, evento municipal colectivo que funciona hace muchos años en la ciudad. Desde ahí inmediatamente comenzás a hacer los enlaces con otras políticas que estén en movimiento. El FER en particular, como otras que deben existir, lo que hace es revitalizar la circulación y la publicación de producciones que sean regionales. A diferencia de Buenos Aires, donde el conocimiento está tan centralizado, económica y culturalmente, lo que proponen estas políticas es abrirse un poco a la diversidad de conocer otros relatos, de una forma muy respetuosa que tiene que ver con la historicidad de cada autore. En definitiva, estas políticas lo que hacen es federalizar, poner el conocimiento en un canal que tiene que ver con la Argentina toda y no desde ese “centro” que es Buenos Aires.
- ¿Qué objetivos artísticos tienen a corto y mediano plazo?
Ileana: Hace poco escribí en Bariloche un cuento llamado “Mi papá es un gorila”, también ilustrado por Calendaria Lozada. Lo presentamos a un concurso en el Fondo Nacional de las Artes, pero no fue seleccionado. Así que ahora estoy trabajándolo en México -donde las connotaciones respecto a la palabra “gorila” sin dudas son diferentes- con un muchacho que es ilustrador. Tenemos ganas de mandarlo a Futurock que promueve literaturas regionales.
Además estoy con una novela que se llama “Morir en México”, que es un poco contar todo lo que estoy viviendo en este país, pero bien ficcionado. La obra habla de las personas en situación de calle, que sobreviven fuera del sistema. También me presenté con un cuento nuevo, llamado “El Hinojo” e ilustrado por Alicia Pez, en un concurso mexicano que se llama “A orillas del viento”; veremos qué pasa…
Mónica: Por lo pronto estoy muy contenta con haber realizado las ilustraciones de “Cinética del aire”, libro de poemas de Astrid Romero que salió publicado el año pasado. Mirando para adelante, pronto asisto junto a dos cumpas a un coloquio en la UBA, a contar las experiencias de aula que tenemos en relación a cómo abrir la ESI en la adultez y a las futuras docentes.
También tengo ganas de comenzar con otres cumpas un taller de gráfica popular en el barrio. Es fuertemente el deseo que tengo y que compartimos con otres que se enganchan en esa propuesta para seguir haciendo grabado, la disciplina con la que nos encontramos con les estudiantes para trabajar la ESI, mediante diferentes campañas.
Quizás también realice alguna muestra, como la de arte y política que organizamos con otras compañeras con las que estamos haciendo una propuesta comunitaria que se llama “La política en caja”, en la que invitamos a la comunidad a intervenir políticamente la caja que quiera con algún decir que tenga que ver con la coyuntura.
Construir un proyecto es planificar la esperanza, sostenía Pichon-Riviére, y esta mañana me voy impregnado de una energía motivadora, que contagia, que empuja y conmueve. El resto del día, que me espera cargado de actividades mundanas y tangibles, está en suspenso. Finalmente el sol sale perezoso detrás de las montañas blancas. El amarillo de sus primeros rayos se diluye en el celeste del cielo y las texturas de las montañas. Se dice que el paisaje es un estado del alma, que el paisaje de afuera lo vemos con los ojos de adentro. Qué así sea. Dos nubes blancas flotan allá en el sur.
-
* N. del E.: El jurado de la categoría Libros para infancias y adolescencias de la Convocatoria Anual 2023 del FER estuvo conformado por Susana Allori, Cecilia Bettolli, Carolina Rossi, integrantes de la reconocida organización cordobesa CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil). En su dictamen, entre otras apreciaciones, expresaron: “Ya desde su tapa, el libro-álbum El silencio de Nieves ofrece los ingredientes para ser una invitación a entrar a la lectura en código de juego. (…) Dos brevísimos y contundentes epígrafes al comienzo, plantean casi una declaración de principios referidos tanto a una concepción de infancias como de arte, que desafían los estándares de normativización. En lugar de la vergüenza, se propone crear y jugar en libertad.
Admite la pregunta acerca de si del cuerpo humano o de LO humano, de su libertad y su belleza se trata este libro. Subyace en él, toda una postura ética, tal vez su costado más desafiante y a la vez innovador de la literatura para las infancias y adolescencias del Siglo XXI.
(…) Una gran ocasión para habilitar conversaciones, cruzar interpretaciones y ampliar horizontes culturales; una apuesta a la libertad de crecer en tanto lectores, más allá de cada etapa de la vida; libertad que se ejerce en un clima de respeto y valoración de las diferencias, más que oportuno en el contexto de los 40 años del retorno a la democracia”.
Ciclo Somos │ Coord. y edición: María Eugenia Aliani
Entrevista: Sebastián Carapezza